Respetado señor Consejero: Aunque usted se ha mostrado algo ligerillo en algunas de sus declaraciones oficiales, a mí por razones de paisanaje no me cae usted mal y le ruego me permita comentarle sin acritud casos que, aunque yo los he sufrido directamente, también afectan a muchos conciudadanos que los padecen y callan por no ser de tanta gravedad.
1.- Yo vivo en un cabreo permanente desde hace mucho tiempo. Así se lo he dicho a mis amigos más próximos que siempre me han creído templado y amable. Pues no. Ardo por dentro viendo cómo se nos intenta engañar, timar o estafar desde todos los ámbitos, estamentos y sectores: partidos políticos, medios de comunicación, etc... Hoy permítame hablarle algo sobre el sector sanitario. Que conste que casi todos preferimos la sanidad pública. "Cuidemos lo público sin despreciar lo privado", así titulaba mi artículo colgado en mi blog hace un año y que también fue publicado en Lucenahoy, Cordobahoy e Infolibre.
2.- Hace seis años mi hermana fue operada de un meningioma benigno en Reina Sofia. Todo fue bien y a la semana ya estaba en casa. A los dos años en una revisión le aconsejaron intervenirla de otro con la garantía verbal de que todo resultaría igual de bien. Pues no. Ni el equipo médico operatorio, ni el post-operatorio, lo hicieron bien. La cirujana jefe dijo que todo marchaba bien pero que tenía que ausentarse una semana; el cirujano suplente tuvo que improvisar una nueva intervención pocos días después, pero antes me pidió autorización firmada ya que todo iría bien. No fue así. Todo fue un desastre y mi hermana acabó en el tanatorio. Horrendo.
3.- Desde entonces yo no aplaudo a nadie por el hecho de que cumpla con su deber, aunque por supuesto reconozco y agradezco el trabajo profesional y bien realizado. Si lo hace bien en lo público, ya se lo pagan con mis impuestos. Si lo hace mal, se lo advierto con seriedad y sin ir a más, porque ya se sabe que el corporativismo todo lo puede o lo encubre. De hecho, a las pocas horas de morir mi hermana, su historial médico desapareció y nadie lo encontraba. Terrible.
4.- De lo privado se opina casi igual. Unas veces va bien y otras mal. Para no esperar meses a tener cita con el dermatólogo de la S.Social acudí a uno privado y me la dieron en días. Su primera consulta duró cinco minutos para tomar mis datos personales y diagnosticarme. En las siguientes, cada tres meses, me echaba un poco de spray de nitrógeno líquido en la frente durante dos segundos para volver a hacerme lo mismo cada trimestre. Así cinco años. Cuando llegó la pandemia, este especialista privado fue tan diligente que cerró su agenda para estas curas durante más de un año y tuve que acudir a otro privado, que me atendió bien y a los dos meses casi resolvió el problema, por lo que deduje que el anterior me había estado descuidando para seguir cobrando de mi tarjeta. ¿Aplausos?
5.- Casos recientes y frecuentes en lo público. A un amigo le dan cita telefónica, --telefónica, me repite-- con el médico de cabecera para 15 días después de haberla solicitado. Hasta varios meses vienen tardando en dar cita presencial para especialistas, incluso en años anteriores a la pandemia. ¿Aplausos?
6.- El 6 de abril nos han vacunado contra el Covid19 al haber conseguido por fin corregir el año de nacimiento de mi mujer, tras cuatro gestiones administrativas fallidas. ¿Aplausos?
Señor Aguirre, según anuncian los medios, usted vendrá muy pronto a confirmar que nuestro ¿hospital? público, estará construído y funcionando en cinco años. Buena noticia largo tiempo esperada por todos, pero me permito sugerirle que hasta tanto se ponga en servicio en nuestra ciudad ese centro público (Care, Share, o lo que sea) le ruego a usted que, como Consejero de la sanidad andaluza, la primera y más necesaria medida que usted debe tomar en favor de todos nosotros debería ser:
Dotar a nuestros centros públicos de suficiente personal y óptimos medios para que puedan cumplir positivamente sus funciones médico-sanitarias; y que al resto de personal se les asignen horarios concretos y los mejores medios que faciliten la eficiencia en sus tareas administrativas y agilidad en sus gestiones telefónicas, pues a veces es muy difícil contactar con los centros locales. En esto de atender las llamadas y dar pronta cita, lo privado nos gana por goleada. Está claro que les interesa la rapidez en sus servicios. En lo demás lo público debería ganar siempre, pero a veces solo empata.
Gracias. Salud y suerte.
Alfonso Jiménez
P.D.- Algunos más expertos me apuntan: si un médico es plantilla en una residencia pública, tiene consulta particular en su domicilio y además figura como especialista en un centro privado, en alguna de las tres consultas tendrá que flaquear o sufrir atasco. Casi seguro que será en la pública. ¿Tendrán razón?
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Mi querido amigo; Siento todo lo ocurrido como si fuera en mi mismo, creo que a muchos nos ha ocurrido alguna cosa parecida. Lo lamentable, burlesco y miserables es saber que a esos dirigentes de pacotilla les importamos un bledo. Rectifico, un voto para su provecho. Un saludo cordial.
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