jueves, 28 de febrero de 2013

DIME CON QUIÉN MANGAS....


  El robar es algo muy antiguo. Casi tanto como el andar p'alante, que diría un castizo.

   Y tanto es así que, en el mundo cristiano ya se hace referencia de Dimas y Gestas, el bueno y el mal ladrón, que no eran pareja sino que robaban cada uno por su cuenta. Aunque Dimas, el arrepentido, tuvo la suerte de salvarse en el último minuto por rescate divino.

 En el mundo árabe se habla de Ali Babá y los 40 ladrones, que eran una banda demasiado cachonda, vivían en una cueva y no hay constancia de si fueron historia, leyenda o ficción. Más propiamente esto último.

Pues sí, el robo y el trinque siempre han existido, pero ahora se está imponiendo el delito en pareja o en comandita y en cantidades industriales. Los jueces, para no cogerse las manos, ya anticiparon hace años una formula más ambigua: "el delito se cometió sólo... o en compañía de otros".  De acuerdo con esta sentencia, se está imponiendo la complicidad y el robo en equipo para apoderarse de lo ajeno. De cuando en cuando surge un caso aislado, como el de El Solitario que llegó a devalijar hasta ocho bancos a cuerpo y a tiro limpio si hacía falta. Pero lo normal, últimamente es el mangar tocando la pieza a dos o cuatro manos, como las composiciones musicales, pues tiene que haber armonía en la ejecución. En dar el golpe, vamos.
   
  En los EE.UU.  y entre los bajos fondos de Chicago, Bonnie and Clyde se hicieron famosos en los años 30 con sus robos a gasolineras. Al principio no eran muy violentos, pues ella, Bonnie, aunque era de armas tomar, nunca las llevaba. Lo que es seguro que él siempre iba armado. Después formaron una banda con más forajidos y se dedicaron a bancos y demás. Hicieron muchas tropelías, pero al final los cazaron y los pasaron por las armas. Más que pasarlos, parece que los pararon en seco a balazos.

  Durante el cuarentañismo español, como no había casi nada que robar, los que podían se dedicaron en exclusiva a las gallinas y al estraperlo que, en aquellos tiempos, tenía tanto peligro como atracar un banco. Que se lo pregunten al Lute, que trajo de cabeza a toda la policía de entonces.

 Ultimamente ha surgido la pareja de Isabel y Julián, cuyas fechorías en el ayuntamiento marbellí ya han cumplido diez años y lo que queda. Claro está que, bajo la dirección del maestro Roca, que era quien llevaba la batuta, nadie sabe cuando acabará el concierto.

 Torres y Urdangarín, tras licenciarse en ESADE, decidieron por su cuenta lanzarse al oficio, pero sin riesgo, toda vez que sus operaciones las realizaban bajo la red autorizada de Camps y Matas, otro dúo famoso por sus eventos y palmaarenas. Con su patrocinio, el yerno real y su consorte fueron acaparando casoplones  y pisazos que desentonaban mucho con su oenegé  y acabaron dando el cante. Pero ahí están, ahí están los dos, viendo pasar el tiempo... y ella sin imputar.

 Y ya, en lo más reciente, es el acabóse. Dúos de tesoreros, tríos gallegos, grupos baleares, coros andaluces, bandas valencianas, países catalanes, cortes castellanas, conjuntos europeos y hasta compañías multinacionales (que se lo pregunten a Madoff y a Bárcenas) se han lanzado al ataque y sus imperdonables desmanes no tienen fin. Sin fuerza, sin violencia física, sólo a base de sobres, botones y tablets, estos equipos de especialistas nos están llevando a la Gran Depresión que sufrimos nosotros, sin culpa alguna y sin comerlo ni beberlo. Nunca mejor dicho.

 Díme con quién mangas y te diré si Eres libre o serás indultado.