jueves, 29 de diciembre de 2022

UN CUENTO (REAL) DE NAVIDAD.

 

        Puede parecer un cuento pero es muy cierto y real. Lo intento narrar tal como ocurrió y me lo ha contado mi hijo con el sentimiento propio de haberlo vivido en directo.

      Vamos a situarnos en las Baleares. Faltan diez minutos para las ocho de la mañana del día 23 de diciembre. Mi hijo, tras dejar el coche aparcado, se dirige a pie a su trabajo. Al pasar junto a un colegio cuya puerta está cerrada, ve a un niño que llora a gritos y se acerca a él rápidamente. También acude una señora preocupada por el llanto del crío.

    - Qué te pasa, niño? Por qué lloras?  -le pregunta mientras la señora solamente observa.

    - Mi mamá se ha ido y estoy solo,  -responde entre gritos.

  Le pregunta si sabe el número de teléfono de su mamá y dice que no, sin dejar de llorar. Mi hijo, que también tiene dos en edad escolar, sabe que ese día 23 no hay clase en las Baleares porque se inician las vacaciones navideñas. Le pide la mochila y le saca el diario escolar; comprueba que el niño tiene 6 años de edad y en la segunda página está el nombre alemán de la madre y el número de teléfono; no figura ningún dato del padre. Llama desde el móvil a la madre en varios intentos y no responde. Esto se le complica un poco.

      - Sabes a dónde ha ido tu mamá?

     - Al hotel, a trabajar.

     - Cómo se llama el hotel? 

     - No, pero sé que está aquí cerca.

  Vamos allá, decide. Lo coge de la mano y se encaminan al hotel. El niño parece despierto para su edad. La mujer que acudió al oírlo llorar, también se ofrece a acompañarlos; no habla pero no pierde detalle. Cuando estaban llegando, suena el teléfono respondiendo a las llamadas de mi hijo, que informa a la madre de lo ocurrido. Ella se alarma y dice que va a por él. 

     - No se preocupe, ya estamos casi en la puerta del hotel.

Sale la madre, abraza al niño y lo tranquiliza. Se ve claro que es alemana por su estatura y aspecto. Se disculpa con  lágrimas por el despiste sufrido, le agradece la ayuda prestada y se lleva a su hijo dentro del hotel. En ese momento el niño se vuelve y grita:

   - ¡Que no se vaya él ! ¡Que mañana viene santa Claus y me trae regalos!

   - Ya nos veremos. Yo trabajo aquí muy cerca.

 Deducción.- Parece muy probable que la madre, posiblemente separada de su pareja, lleva a diario a su hijo al cole en coche, para unos instantes en la puerta del centro escolar, lo deja allí minutos antes de que abran y ella con prisa continúa conduciendo hasta el parking del hotel en el que trabaja.

     El día de marras, el 23, la madre, con la tensión propia de una mujer que en solitario simultanea crianza y cuidados del hijo, su trabajo fuera de casa y labores del hogar para sacar adelante adelante su familia monoparental, había confundido la fecha vacacional y dejó al niño solo en la puerta del colegio en esta situación indeseada y peligrosa.

     Mi hijo se despidió impresionado por el gesto cariñoso del niño y se dirigió a su trabajo pensando en sus propios hijos. La mujer que siguió la operación también se alejó tranquila.

     Cuento de Navidad, curioso pero real.

    




   

   

miércoles, 21 de diciembre de 2022

ARGENTINA Y ESPAÑA DAN QUE PENSAR

 

     1.- Lo importante en Argentina.- Ya terminó el mundial de Qatar. Por fin. Alguien dijo que "el fútbol es el opio del pueblo." Algunos, en plan crítico,  han repetido esta frase, cuyo verdadero autor no se conoce, aunque Eduardo Galeano sí la soltado en alguna ocasión, pues él tampoco comprendía esta locura. 

     Argentina luce de nuevo la corona mundial del fútbol. Messi es un dios del balón; el mejor de la historia. Más de 60.000 hinchas se desplazaron a Qatar para animar su selección. Bastantes confiesan haberse endeudado al máximo para hacer el viaje y ahora millones de argentinos jalean y hasta lloran emocionados por el triunfo de su selección. Llorar, por qué?  

    Es difícil comprender tantos cantos, esos rezos, esas manos cruzadas suplicando al cielo acierto en la tanda de penaltys. Argentina es un país casi en quiebra pues su inflación interanual en noviembre llegó al 92,4,  pero lo que parece que más le preocupa es el fútbol. Por eso, al ser preguntada la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, sobre si su administración prefería frenar el alza de los precios o ganar el campeonato dijo: "Que Argentina salga campeón". Esto es lo más importante para esa figura.

2.- La justicia española, disparatada.- Por lenta y por rápida. Veamos:

    La tardanza es casi eterna para enjuiciar a los propios miembros de la clase judicial. Los juicios a agresores sexuales se demoran mucho en concluírse; la media está en 2 y 3 años. En algún caso el violador ha tardado 6 años en pisar la cárcel. Sin embargo, la justicia está siendo increíblemente rápida interpretando la ley del sí o sí y, en menos de dos meses, algunos infractores están viendo rebajada su condena o puestos en libertad. Ya son 91 los beneficiados ultrarrápidos y 12 liberados por completo. ¿Se pueden entender como justas y lógicas estas dos velocidades judiciales?

  El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hace 4 años que terminó su mandato y está bloqueado desde entonces, pero este Consejo no ve motivos para dimitir y siguen en su puesto tan tranquilos y cobrando un gran sueldo. 

  También un tercio del Tribunal Constitucional terminó su mandato hace 6 meses y está caducado, pero tienen tanto trabajo que algunas leyes importantes llevan años en  resolverlas. Sin embargo, sólo han tardado horas en reunirse para votar que dos de ellos no pueden ser recusados ni apartados

   Los dos jueces caducados (Trevijano y Narváez) no se han inhibido en la votación y ellos mismos han decidido sobre la improcedencia de su caducidad. O sea, que han dejado claro que ambos pueden ser juez y parte. No hay en toda Europa un caso judicial tan bochornoso.