domingo, 23 de julio de 2017

INTERNAS: LAS NUEVAS ESCLAVAS



     Hoy me han confirmado un caso desesperante. Sé que es totalmente cierto porque conozco a la persona que lo está sufriendo. Se trata de Lupe (nombre ficticio), una mujer boliviana que vino a España, hace años, con la ilusión de encontrar un trabajo que le permitiese ahorrar algún dinero para enviárselo a su familia muy necesitada de ayuda. Tras dar tumbos como limpiadora en diferentes sitios, recaló en un domicilio, cuyo caso relato a continuación.

    Lupe encontró una familia que le ofreció un trabajo como cuidadora de un matrimonio de ancianos muy deteriorados en salud y movilidad. La familia contratante eran dos hijas que trabajaban y vivían lejos de sus ancianos padres y, por eso, Lupe debería atenderlos las 24 horas, por lo cual era inevitable trabajar como interna, laborando día y noche para los citados abuelos, ambos pensionistas que entre los dos cobraban un total de 1.600 euros mensuales, más sus pagas extras.

   Con este presupuesto, las "buenas hijas" ofertaron a Lupe un sueldo mensual de 1.200 euros, cotizando a la S.Social por 4 horas(¡¡media jornada!!), con estas condiciones:

   1) Vivir como interna los 365 días del año, con horario laboral de 24 h
   2) Atender a la pareja en todas sus necesidades: levantarlos, asearlos, cambiar pañales, darles el desayuno y acomodarlos en sus sillones para ver la tele.
   3) A continuación, Lupe debe limpiar la casa, poner la lavadora, guisar y dar de comer a los ancianos y, por la tarde, sacarlos de paseo ( al abuelo en un carrito) para airearlos.
   4) Vuelta a casa para la cena y acostarlos; dormir pendiente por si reclaman ayuda a media noche.
   5) Todo esto, repito, TODO EL AÑO, SIN VACACIONES NI DÍAS LIBRES.

  Lupe aceptó sin dudarlo, puesto que le urgía enviar dinero a su familia, y así llevaba dos años agotada trabajando, pero hace poco que el anciano ha muerto y las "buenas hijas" han decidido modificar el contrato. A partir de ahora, el sueldo mensual será de 800 euros, pero con las mismas obligaciones y las mismas "generosas" condiciones: interna 24 horas, los 365 días del año, 4 horas cotizadas, sin vacaciones ni días libres.

  Lupe está pensando en volver a su tierra. Está tan encadenada a su trabajo que algunos meses ni siquiera dispone de media hora para ir al locutorio a enviar el dinero a su familia. No puede seguir este régimen de esclavitud de por vida, pero sabe que, si ella se marcha, algunas compatriotas estarían dispuestas a cubrir su puesto quizás por menos dinero.

   ¿Hasta cuándo podrá resistir Lupe y otras muchas internas el plan de trabajo tan esclavo que todas sufren desde hace años? --comento yo ante unas conocidas.

  - Todas, no --responde contrariada una de ellas-- Mi interna tiene una hora libre diaria. Sólo son 23.

         Entonces, queda claro que vamos mejorando. Muy claro.