sábado, 30 de septiembre de 2023

SOLO TENDRÁN SUS CENIZAS

       

   "La burocracia en los países latinos parece que se ha establecido para vejar al público"   (Pío Baroja)                                                                                         

    Esta desgarradora noticia también la han silenciado las cadenas televisivas y casi ningún periódico se hizo eco de ella. Y es la siguiente:

   La esperanza.- Juana se vino a España en 2005 dejando atrás su Bolivia natal y tres hijas adolescentes a las que tenía que sacar adelante. Alguna compatriota suya le había comentado que aquí, en la madre patria, podría dedicarse a cuidar ancianas o enfermos y ganar algún dinero para enviarlo a su familia. Y eso hizo en cuanto llegó: trabajar como interna cuidando a una anciana durante 8 años.

    Interna y enferma en España.- Ese duro trabajo le permitió a Juana conseguir la nacionalidad española y así podía enviar cada dos meses mil euros para su familia de Bolivia.  Unos años después, Juana comenzó a tener problemas en su propia salud, pero no quería perder su trabajo y trató de iniciar un procedimiento de reagrupación familiar para que una de sus hijas pudiese venir a ayudarle, pero la Administración española se lo denegó porque no acreditaba tener medios económicos constantes. Increíble: debería haber mandado un importe mensual de 500 euros y no 1000 cada dos meses. Lo hacía así para no faltar dos horas de su trabajo.

  Su salud se siguió agravando y en 2015 le detectan un tumor y un cáncer terminal y Juana tiene que ser ingresada en el hospital de Manises (Valencia). 

   La burocracia española.- Es entonces cuando Juana recurre a Joan, el hijo de la señora que ella había estado cuidando, para que le ayude a agilizar los trámites urgentes necesarios para que una hija de ella pudiera venir a su lado. Este señor, ingeniero jubilado, que sabía agradecer los cuidados que Juana había dedicado a su madre, se plantó en los Servicios Sociales municipales tratando de conseguir los informes necesarios para que la hija pudiese venir. Esos trámites urgentes se podrían realizar en dos semanas, pero se topó con una burocracia española que a todo ponía inconvenientes.

   La burocracia en Bolivia.- Fueron casi cinco meses lo que Joan tardó en conseguir los informes hospitalarios y permisos correspondientes que envió por correo electrónico a las hijas de Juana. Estas se fueron al consulado de La  Paz (capital,de Bolivia), y allí le dieron buenas esperanzas pero que el visado lo tenía que otorgar el consulado de Santa Cruz (capital comercial del país). Tuvieron que hacer un viaje de diez horas en bus y cuando llegaron era viernes y le dijeron que "volviesen el lunes", pero que luego deberían hacer más trámites. 

    La desesperanza.- El sábado las hijas hablaron por teléfono con su madre diciéndole, para calmarla, que muy pronto --no era verdad-- estarían con ella. La mami le respondió: "Voy a resistir, traten de llegar". Al día siguiente, domingo, murió. "No pudimos estar a su lado ni despedirnos. Ni pudimos velar su cuerpo".

   Joan, avergonzado e indignado por los interminables trámites burocráticos entre ambos países, sabe que aún  habrá que esperar y dice: "Por lo que veo, todavía las hijas tendrán que esperar para poder recoger las cenizas de su madre".  Burocracia irracional y desalmada.