1.- Lo importante en Argentina.- Ya terminó el mundial de Qatar. Por fin. Alguien dijo que "el fútbol es el opio del pueblo." Algunos, en plan crítico, han repetido esta frase, cuyo verdadero autor no se conoce, aunque Eduardo Galeano sí la soltado en alguna ocasión, pues él tampoco comprendía esta locura.
Argentina luce de nuevo la corona mundial del fútbol. Messi es un dios del balón; el mejor de la historia. Más de 60.000 hinchas se desplazaron a Qatar para animar su selección. Bastantes confiesan haberse endeudado al máximo para hacer el viaje y ahora millones de argentinos jalean y hasta lloran emocionados por el triunfo de su selección. Llorar, por qué?
Es difícil comprender tantos cantos, esos rezos, esas manos cruzadas suplicando al cielo acierto en la tanda de penaltys. Argentina es un país casi en quiebra pues su inflación interanual en noviembre llegó al 92,4, pero lo que parece que más le preocupa es el fútbol. Por eso, al ser preguntada la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, sobre si su administración prefería frenar el alza de los precios o ganar el campeonato dijo: "Que Argentina salga campeón". Esto es lo más importante para esa figura.
2.- La justicia española, disparatada.- Por lenta y por rápida. Veamos:
La tardanza es casi eterna para enjuiciar a los propios miembros de la clase judicial. Los juicios a agresores sexuales se demoran mucho en concluírse; la media está en 2 y 3 años. En algún caso el violador ha tardado 6 años en pisar la cárcel. Sin embargo, la justicia está siendo increíblemente rápida interpretando la ley del sí o sí y, en menos de dos meses, algunos infractores están viendo rebajada su condena o puestos en libertad. Ya son 91 los beneficiados ultrarrápidos y 12 liberados por completo. ¿Se pueden entender como justas y lógicas estas dos velocidades judiciales?
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hace 4 años que terminó su mandato y está bloqueado desde entonces, pero este Consejo no ve motivos para dimitir y siguen en su puesto tan tranquilos y cobrando un gran sueldo.
También un tercio del Tribunal Constitucional terminó su mandato hace 6 meses y está caducado, pero tienen tanto trabajo que algunas leyes importantes llevan años en resolverlas. Sin embargo, sólo han tardado horas en reunirse para votar que dos de ellos no pueden ser recusados ni apartados.
Los dos jueces caducados (Trevijano y Narváez) no se han inhibido en la votación y ellos mismos han decidido sobre la improcedencia de su caducidad. O sea, que han dejado claro que ambos pueden ser juez y parte. No hay en toda Europa un caso judicial tan bochornoso.
Amigo Alfonso: acertadísimo tu artículo tanto en el fondo como en la forma. Enhorabuena.
ResponderEliminarP. Acedo
Gracias, amigo, por leer y alentar. Salud.
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