Nos hace más humanos a todos este tiempo.
A todos más pequeños, más iguales, más íntimos.
Navidad. Deseada.
Te esperamos sin calma.
Te ocultas en invierno por ver si nos sorprendes,
pero todos estamos pendientes de tu fecha.
Te presienten los pájaros.
Te esperan en silencio los callados olivos,
te reclaman los cedros, te sueñan los abetos,
te suspiran los álamos.
Navidad. Deseada.
En todos los caminos se agradecen tus pasos,
sonríe por los valles el brote de la hierba,
los montes disminuyen y el barranco se esparce.
No hay horas estos días,
hay minutos fugaces.
Un sol casi dormido se acerca hasta nosotros
y nos coloca un ramo de luz entre las manos.
Navidad. Deseada.
Llega pronto, no tardes.
Un año ya sin verte es demasiado tiempo.
Sosiega nuestros nervios y nuestros cuerpos tensos.
Nuestra nuca reclama el hueco de unas manos.
Todos queremos ser el niño que ya fuimos.
Tranquiliza las mentes.
Desconecta la mina y las armas letales.
Arranca el engranaje de las guerras inútiles,
porque de nada sirven.
Las guerras nunca sirven.
Sólo sirve el respeto y las personas que dudan.
Navidad. Deseada.
Si tú nos estimulas, la esperanza es posible,
que renazca la calma y la paz entre todos.
Por nuestra parte hay deseos y propósitos.
Hoy mismo dejaremos abierta la cancela.
Estamos preparando el cuarto menos frío,
por si quieres quedarte a pasar unos días...
Navidad. Deseada.
Te esperamos sin calma.
Te ocultas en invierno por ver si nos sorprendes,
pero todos estamos pendientes de tu fecha.
Te presienten los pájaros.
Te esperan en silencio los callados olivos,
te reclaman los cedros, te sueñan los abetos,
te suspiran los álamos.
Navidad. Deseada.
En todos los caminos se agradecen tus pasos,
sonríe por los valles el brote de la hierba,
los montes disminuyen y el barranco se esparce.
No hay horas estos días,
hay minutos fugaces.
Un sol casi dormido se acerca hasta nosotros
y nos coloca un ramo de luz entre las manos.
Navidad. Deseada.
Llega pronto, no tardes.
Un año ya sin verte es demasiado tiempo.
Sosiega nuestros nervios y nuestros cuerpos tensos.
Nuestra nuca reclama el hueco de unas manos.
Todos queremos ser el niño que ya fuimos.
Tranquiliza las mentes.
Desconecta la mina y las armas letales.
Arranca el engranaje de las guerras inútiles,
porque de nada sirven.
Las guerras nunca sirven.
Sólo sirve el respeto y las personas que dudan.
Navidad. Deseada.
Si tú nos estimulas, la esperanza es posible,
que renazca la calma y la paz entre todos.
Por nuestra parte hay deseos y propósitos.
Hoy mismo dejaremos abierta la cancela.
Estamos preparando el cuarto menos frío,
por si quieres quedarte a pasar unos días...
Y anúncianos la paz entre todos los pueblos.