En las campañas de las elecciones todos los partidos nos hacen grandes promesas que disfrutaremos si votamos por su respectiva opción política y es muy necesario reflexionar un poco antes de emitir nuestro voto libremente, pero también con memoria solidaria.
Hay que tener muy presente que de las numerosas ofertas que todas las opciones nos hacen, muy pocas llegarán a ser realidad y casi ninguna cuajará con las virtudes que pregonan. En esto ya deberíamos tener alguna experiencia como hemos podido comprobar por las "promesas- estrella" de las convocatorias anteriores. Por ejemplo:
- Suárez con su UCD prometió 1.500.000 puestos de trabajo, que no cumplió.
- González con su socialismo inicial prometió 800.000 puestos y tampoco lo hizo.
- Aznar prometió la verdad sobre las armas de destrucción masiva irakíes y nos engañó.
- Zapatero prometió casi pleno empleo y con la crisis todo fue a peor.
- Rajoy prometió acabar con el paro y la corrupción y... se ha lucido.
Por tanto, bueno será insistir en la necesidad de reflexionar serenamente para votar con memoria responsable y solidaria:
- Los que llevan 6 años en paro y 2 sin ayudas, miren a quién deben votar.
- Los que acabaron su carrera hace años y no ven otra salida que emigrar, vean a quién votar.
- Los que no la acabaron, por haberse quedado sin beca, piensen a quién votar.
- Quienes conservan un trabajo digno y fijo, consideren a quién deben votar.
- Los autónomos, en apuros hasta para pagar el seguro mensual, miren a quién votar.
- Los jóvenes que llevan decenas de contratos temporales, mediten a quién deben votar.
- Los que trabajan sin estar asegurados y sin derechos, reflexionen a quién deben votar.
- Los que trabajan 12 horas con un contrato de 4, miren a quién deben votar.
- Los que llevan 6 meses esperando ser operados, piensen a quién se debe votar.
- Los que cobran un salario mínimo, con subida ínfima los 2 últimos años, miren a quién votar.
- Los pensionistas más débiles, a quienes se les ha subido 1 euro al mes, piensen a quién votar.
- Los inválidos o dependientes que llevan 3 años esperando ayuda económica o asistencial, mediten bien a quien deben votar.
La lista podría ser mayor, pero estos puntos pueden bastar para convencernos de que el voto ha de ser sin colores, pero con una memoria claramente solidaria.
¿Pensar, meditar, reflexionar...? ¿Acaso piensas que gran parte de la ciudadanía está dispuesta a ejercitarse en tales disciplinas de alto riesgo? ¿Alguien con dos dedos de frente se va a detener un instante a desgastar neuronas como si la cosa fuese con él o con ella? ¿Es que pensando se van a solucionar las cosas? ¿No es mejor dejarse embriagar por la mercadotecnia electoral y votar a quien lava más blanco, a quien más apuesto líder presenta, a quien más fantasmas está dispuesto a cazar, a quien más cilindros y velocidad punta ofrece, a quien cuenta con el mejor spot publicitario?
ResponderEliminar¿Para qué pensar? A fin de cuentas, la dieta mediterránea ha sucumbido ante la comida basura, gran parte del electorado destruye empleo comprando en internet, los centros comerciales acaparan más tiempo de ocio que la lectura o el cine, la ropa abriga más a la vanidad que a la persona, se paga al gimnasio para recuperar lo que el coche le sisa al cuerpo costando también dinero, el deporte se practica en el sofá y en la barra del bar bebiendo cervezas y gritando como patanes consignas prêt-à-porter, Paquirrín o Belén Esteban han desplazado en el Olimpo sociocultural a Saramago o Almudena Grandes, la escuela pierde la batalla ante las nocivas pantallas y se agacha sumisa la cerviz ante cualquiera que pueda aportar un euro para que sigamos contemplándonos en los espejos deformantes del Callejón del Gato. Son pequeñas cosas cotidianas que suponen una involución cerebral en el Homo Sapiens.
Pensar, lo que se dice pensar, en este país se piensa poco y yo diría que hasta mal, por aquello de que así se acertará. Ya lo dijo Machado "En España, de diez cabezas, nueve embisten y una piensa".
Parafraseando a Bécquer, al hilo de los resultados electorales: volverán las oscuras señorías, en tus escaños sus culos a posar y otra vez, con manos corrompidas, la esperanza robarán.
Desde el ateísmo militante, sólo espero un milagro.
Salud
Sé que gran parte de la ciudadanía ni piensa, ni reflexiona, ni siquiera lee. Por eso, para mí es verdadero consuelo encontrar un comentario tan fértil y gratificante como este tuyo escrito desde el convencimiento de que hay que pensar para sobrellevar
ResponderEliminarla involución creciente de los paquirrines.
Salud